Se entregan horas de descanso y se pierden momentos con los seres que amamos, todo por conquistar los sueños y regresar, cada día, a casa con pan para compartir en el hogar. Ovidio Rodríguez, un metapaneco responsable y aguerrido, de esos que salen de sus casas en horas de la noche o de la madrugada a trabajar, se convirtió, esta semana en una víctima más de los accidentes de tránsito.
Los descuidos al volante, conductores en estado de ebriedad y el excesos de velocidad han convertido las carreteras en un escenario de muerte. Se llevan vidas, arrebatan sueños y dejan profundas heridas en las familias metapanecas.
Ovidio Rodríguez hoy se suma a la interminable lista de muertes sobre la carretera, hechos, en la que en la mayoría de veces los culpables se fugan del lugar de los hechos en una doble irresponsabilidad. Rodríguez en se conducía hacia su trabajo en una bicicleta, llegaba a tiempo para sacar el primer viaje de la ruta de San Diego a Metapán, bus que esperaban los usuarios del caserío San Diego, El Sitio, Balastrera, y col. Buena Vista a tempranas horas para llegar hasta sus destinos.
La familia ACOATME de RL está de duelo, no solamente perdieron a un motorista, sino a un amigo, un compañero y un socio. La mañana del miércoles 24 de noviembre el primer bus que acostumbraba salir de San Diego hacia Metapán no circuló. Esa mañana una bicicleta y un cuerpo quedaron tendidos en el kilómetro 110 de la carretera que conduce hacia Santa Ana y una familia llora desde ese momento.
En lo que va del año hasta principios de noviembre, se han registrado más de 15 mil accidentes de tránsito en el país, cerca de 9 mil lesionadas y un promedio de 1,200 fallecidos. Metapán no es la excepción de muerte en carretera.